Las separaciones duelen, sobre todo cuando se trata de que nuestro pequeño inicie el primer contacto con la vida escolar.

¡Y no es para menos! desde su nacimiento hasta los 3 años, nuestros bebés crecieron dentro de casa, siendo el consentido y centro de atención. Y, si este se crió en casa sin intervención de una guardería, el apego resulta ser mayor.

El primer paso es aceptar que esta es una etapa que a todos por igual nos tocó vivir y no tiene que ser algo doloroso si se lleva un proceso adecuado. Detalles como el dramatizar un supuesto abandono podrían sembrar la semilla equivocada en nuestros pequeños. ¿A quién no le da miedo estar rodeado de gente desconocida?
Otro detalle es manejarse con mentiras. Cosas como engañar al niño para que entre al plantel y desaparecer, dejando angustia e incertidumbre por saber si los padres volverán.

Y como todo, la comunicación es clave aún si se trata de un adulto con un niño. Por ejemplo, volverlo parte del proceso de ir a la escuela. Levantarse temprano; ayudarse mutuamente con el desayuno y el lunch a empacar; explicarle el motivo por el cual es importante ir a la escuela y volver de esta experiencia algo positivo y enriquecedor.

¡Y sobre todo! por mucho que llene de orgullo o dolor el verlos partir detrás de una puerta, debemos evitar llorar frente a ellos, pues puede tener un efecto contraproducente.

¿Estás listo para tomar este paso junto a tus hijos? En Centro Educativo García Lorca, estamos preparados para volver el aprendizaje, la mejor de las experiencias. ¡Contáctanos!